El
blanco de cal se ha utilizado desde hace siglos para revestir las paredes y
tapias de adobe de las casas. Era una costumbre popular el jalbegado o encalado anual de las fachadas, sobre todo antes de las fiestas de la localidad.
El grisáceo y el blanco son los colores que no hace muchos años lucían las fachadas de
las casas en nuestro pueblo, pero el cambio de materiales de construcción y el avance
en la construcción han dejado prácticamente en el olvido esta técnica que ahora
poco se utiliza.
- Carácter estético, blanqueando y otorgando una apariencia más digna, al tosco y pobre material de los muros.
- Carácter práctico y funcional, al conseguir con el color blanco de la fachada el reflejo de buena parte de la radiación solar, haciendo que los muros absorban menos energía calorífica y los interiores permanezcan más frescos en los calurosos veranos manchegos.
- Carácter antiséptico, derivado de la alta alcalinidad y poder desinfectante de la cal.
Con
ello se lograban tres cosas:
El azulete o añil en los zócalos de las fachadas es de origen mediterráneo, es más moderno, antes se utilizaba un color grisáceo, que obtenían de mezclar las cenizas de la lumbre con cal para pintar el zócalo.
Pintando el zócalo de los muros, se evita el rápido deterioro estético que las salpicaduras y el roce de los animales de labor producían en el blanco de la cal de la fachada.
Además de esta práctica finalidad, el uso del azulete en puertas y ventanas, tenía un significado más transcendental, como la de ahuyentar a los malos espíritus o al demonio, y todos los males relacionados con él, este significado también es de origen árabe.
También, el azulete se venia utilizando, en diversas fechas señaladas, para marcar con él las fachadas de las casas donde habitaban las mozas en edad de merecer.
Ademas del azul añil, en la localidad podemos ver otros colores en los zócalos de nuestras casas.